sábado, 13 de febrero de 2010

La eternidad...








Con el mar nace y se va el amor.







Con la marea vienen ilusiones que,
con el paso del tiempo, pueden diluirse en sal,
así como el dolor cuando se convierte en un silencioso caudal amargo de lágrimas.

Dónde estamos tú, yo...
recreando la fantástica escena cotidiana de dos que acaso se aman,
desde el bar, desde la playa.

Tú con alguien, yo con tu fantasma.

Siempre.

Inquebrantable e innombrable,
el público y clandestino lazo que nos sigue liando el alma.

La brisa es tu voz en mi oido,
la música que suena en tu bar,
son mis palabras.

Qué miseria ésta que nos inventamos a diario
para no escucharnos el corazón.

Para pretender que está superado el pasado,
al que tememos por presente.

Para poder continuar con nuestra falsa vida resuelta y feliz... feliz, feliz.


De la serie "Ensayos del Silencio"
13 de febrero, 2009

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