Me tiemblan la piel y el alma;
Se me encoge de miedo el corazón.
Se me llenan de lágrimas los ojos
y se me ilumina la cara
con una recurrente
e inocultable sonrisa.
Se encienden de rojo los focos,
todas las alarmas se activan en señal de alerta
y suspiro estrellas y burbujas de jabón,
con aroma a una fruta que se ha vuelto secreto.
Después del naufragio
sigo pensando que Dios es sabio y bueno.
Se me encoge de miedo el corazón.
Se me llenan de lágrimas los ojos
y se me ilumina la cara
con una recurrente
e inocultable sonrisa.
Se encienden de rojo los focos,
todas las alarmas se activan en señal de alerta
y suspiro estrellas y burbujas de jabón,
con aroma a una fruta que se ha vuelto secreto.
Después del naufragio
sigo pensando que Dios es sabio y bueno.
Y volteo la vista a mirar que me mira,
entonces comprendo que todo este tiempo de sal,
estuvo barnizándome con miel el corazón
para sanar... para volver a empezar.
De la serie “Ensayos del silencio”
09 de marzo/ 2009
De la serie “Ensayos del silencio”
09 de marzo/ 2009